Aunque se había replegado del consumo de las redes sociales su piel tecnológica estaba manchada. Si podía jactarse de haber llegado a los 35 años sin ningún tatuaje, ahora se arrepentía de haber abierto tantos perfiles públicos en internet. En relación a usos del pasado, podría decirse que tenía un black out en todo el cuello. Sabía muy bien que en el mundo digital “todo contacto deja una huella”. Ahora la mayoría de los perfiles seguían abiertos pero solamente entraba de vez en cuando para revisar las bandejas de entrada y mirar de reojo las líneas de tiempo. Estos recorridos, a diferencia del zapping televisivo que arrastraba sedimentado desde el siglo anterior, habían llegado a representarle el hartazgo de lo siempre igual. La lengua totalizante de Facebook humedeciendo la cotidianeidad insignificante de casi absolutamente todos: desde personas desconocidas (adolescentes frente al espejo o jubilados en días de pesca) hasta profesores universitarios compartiendo el desayuno. Semejante flujo le resultaba agotador. Desde hacía poco además Facebook había adquirido un carácter fantasmal, en el sentido de que a partir de un algoritmo, que efectuaba un proceso de rastreo por las actualizaciones, obligaba a los usuarios a recordar fragmentos de vida que habían pasado años atrás, pero sobre todo porque otra masa de recuerdos, en el revés de actualizaciones nunca hechas, quedaba, como diría Trotsky, “en la noche oscura del yo aislado”. La brevedad de Twitter, que en sus inicios le había atraído, se había contorsionado hasta duplicarse: cada actualización, en el mismo tono cínico repetido en las diferentes cuentas, se había vuelto un bloque compacto de letras que invitaba a cambiar de ventana. El mosaico de Instagram, por otro lado, de reciente aparición, le había resultado esclarecedor: las fronteras difusas entre lo que la gente publicaba con pretensión industrial y las publicidades que aparecían en la misma línea de tiempo emulando un falso amateurismo evidenciaban los monstruos que, después de un siglo de existencia, habían producido los sueños de la razón vanguardista. Si al principio le resultaban divertidas las trasmisiones en vivo de Rodrigo Cañete en la oscuridad de un restaurante de Puerto Madero burlándose de los modales de Esmeralda Mitre a tres mesas de distancia, rápidamente lo iba a aburrir el aparente catálogo de taxi-boys y escorts en las playas de Río de Janeiro en que se iba a convertir esa cuenta, y por extensión toda la plataforma. Para Gaspar la vitalidad de las redes sociales había acabado con la muerte de Fotolog. En aquella época, en los márgenes de los perfiles de esa tribu urbana que se juntaba en las esquinas de todo el país con musculosas flúo y peinados en serie, había abierto una cuenta queriendo emular la voz de un idiota: /chequeten. Después de cada actualización diariamente recolectaba mensajes de incomprensión y de odio: en los coments los adolescentes solían insultarlo, por lo general repitiendo la palabra “down”, pero también le dejaban otras cosas; por ejemplo, fue durante el período del flog cuando vio que era posible dibujar con palabras y signos de puntuación, mucho antes de conocer el concretismo:
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°°°°°°°°°°°°|\ Y pasé
°°°°°°°°°°°°|_\ también
°°°°°°°°°°°°|__\ navegando
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En su computadora tenía varias carpetas que pretendían conformar una especie de trabajo arqueológico de ciertos discursos que habían aparecido con el cambio de siglo. Una de ellas se llamaba “MSN” y tenía un archivo con un copy and paste que decía así:
Gas says:
uus
Manu77 says:
que le dieron?
Gas says:
saraza
Gas says:
sí
Manu77 says:
jajajaj
Gas says:
bananas por culo
Manu77 says:
y ahora andan con adrenalina
Manu77 says:
se la robo rodrigo del hospital
Gas says:
de qué hospital
Manu77 says:
del español creo
cuando diego se accidento y lo fue a ver
Gas says:
ah, diego se accidentó
Manu77 says:
se robaron adrenalina
Manu77 says:
si se partio en la moto
Gas says:
se va a matar
Manu77 says:
se le cruzo un perrro
Gas says:
jaja
Manu77 says:
la quiere vender
Gas says:
uuh
Manu77 says:
dice que lloro tanto del dolor que se desmayo
Gas says:
jajaj
Gas says:
es que la motito es muy liviana y él tb
Manu77 says:
bordeando la villa qulmes
Gas says:
yy
Gas says:
che y se robaron adrenalina
Gas says:
chamuyo
Manu77 says:
no yo la vi
Gas says:
cómo es
Manu77 says:
lo unico que te puedo contar es que leampoya esta sellada y con el frio o el calor se achica el liquido o se expande mal
Manu77 says:
una ampoyo como de un centimetro y medio
Manu77 says:
1/4 de eso es mio
Gas says:
y qué entraron a un laboratorio y vieron un tubo de ensayo una ampoya que decia adren y la robaron
Manu77 says:
si ponele
Gas says:
y la tomaron?
Gas says:
o se la inyectaron, o no sé qué carajo se hace con eso?
Manu77 says:
estan en etapa de estudio
Gas says:
ahh, que hablen con la monja verde
Manu77 says:
yo haria lo mismo
aver si me pico algo que me mata
Manu77 says:
huuu y esa?
Manu77 says:
con ese nombre debe saber de todo
Manu77 says:
eso es re endovenoso
Gas says:
sii
Manu77 says:
y nadie se va a animar
Gas says:
cinturón a la boca y mandale aguja
Manu77 says:
si te encuentran con un porro en tu casa es entendible
pero que les decis si te tienen que ir a buscar al hospital por meterte eso en la sangre
Manu77 says:
vos no fuiste a sierra con baltazar y alguien mas
y tenian adrenalina de mono o algo de eso
Gas says:
no, glándulas pineanas
Gas says:
mentira
Manu77 says:
haa
Gas says:
el pitufo llevó nomeacuerdo qué boludez y le dijo al negro que era heroina o algo así y se la hizo tomar con cucharita caliente por la boca
Gas says:
no, le dijo que era morfina
Manu77 says:
jajajajaja
Manu77 says:
jajajajaj
Gas says:
jaj, no: nomeacuerdo bien qué cosa era
Manu77 says:
un amigo el pitu
Gas says:
nada mortal
Manu77 says:
haaa
Gas says:
no esd que le hizo tomar sal dicendole que era merca
Manu77 says:
jajajajajajajajaajja
Manu77 says:
se re quemo
Gas says:
como ha pasado
Gas says:
creo que hutchinson una vez
Manu77 says:
que te tomaste vomito de ignacio
Gas says:
tomó
Gas says:
sal
Manu77 says:
en bonita
Gas says:
cómo
Gas says:
se re quemó que te tomaste…?
Manu77 says:
para
Manu77 says:
se quemo la napia con la sal
Gas says:
hucthinson?
Manu77 says:
para
Manu77 says:
nada
Gas says:
yo tomé vomito de ignacio
Gas says:
y qué pasó
Manu77 says:
si pensando que era birra
Gas says:
sí, y qué pasó con que se quemó quién qué cosa esa noche
Manu77 says:
no era otra cosa
Gaspar tomó el último trago de vino y dejó el vaso vacío en la mesa. En canal Gourmet una monja cocinaba un suflé de papa y queso. Fue al baño y se miró los ojos rojos de tanta televisión. Volvió al living y apagó el aparato. Sobrevino un momento de oscuridad y silencio que lo reconfortó. Fue a la pieza y se sentó en la cama todavía a oscuras, se sacó el pantalón y la fricción produjo electricidad. Unos relámpagos en miniatura iluminaron sus piernas y parcialmente los pliegues de las sábanas.