Archivos Mensuales: octubre 2010

CARTA ABIERTA DE SETH WULSIN

Mauricio Macri en ArteBA

Hace un tiempo atrás Mauricio Macri, queriendo ser gracioso junto con el notero de CQC Camaití, rompió en el marco de la exposición de ArteBA una obra  plástica conceptual valuada en 4000 dólares. Frente a las cámaras de televisión prometió pagarla de su bolsillo, pero después decidió no hacerlo. El artista plástico (un neoyorquino que vivió en Argentina desde 2005 hasta este año y a quien el cobro le interesa mucho menos que la conservación de la obra en su estado actual como evidencia de todo un estado de cosas) escribió una carta que se puede descargar en formato PDF de su sitio de internet, realmente interesante donde explica los fundamentos de la obra, la estructura de pensamiento del jefe de gobierno de Buenos Aires, la ideología organizativa de ArteBA y el silencio cómplice de un programa de televisión (ya ni supuestamente progresista), en el marco de una explicación más general sobre los mecanismos del poder.

El gobierno de Macri, ante las solicitudes del artista de que alguien se hiciera cargo, empezó por responder sus llamados e ir estirando la situación hasta terminar por no atenderlo. La producción de CQC sencillamente no lo atendió nunca. ArteBA, por su parte, sí quiso hacerse responsable en última instancia y restaurar la obra, pero el artista terminó rechazando la oferta porque decidió conservarla rota y cambiarle el nombre como correlato de toda una serie de nuevos significados que habría adquirido en esa ruptura.

La carta que escribió Seth Wulsin (y que  mandó a ArteBA, a la productora Cuatro Cabezas, y a Mauricio Macri) empieza con un epígrafe de Oscar Wilde que dice «Un cínico es un hombre que conoce el precio de todo y el valor de nada». A continuación esa carta y abajo el video donde Macri rompe la obra en CQC:

LA CARTA DE SETH WULSIN:

Nueva York, 21 de Septiembre de 2010

“A cynic is a man who knows the price of everything and the value of nothing.”  (Oscar Wilde)

En el año 2005 comencé a trabajar en un proyecto en la cárcel de Caseros, que explora la capacidad inherente del ser humano para trascender las limitaciones impuestas por la arquitectura de control; una inversión del panóptico.

Como parte de mi búsqueda de estructuras o métodos de acción que pudiesen evadir o confundir a los sistemas de vigilancia, durante el 2007 trabajé en una serie de esculturas, Time Drops in Decay, utilizando la idea de Rainer Maria Rilke que en el amor el otro es el guardián de la soledad de uno.

Cada una de las siete esculturas de Time Drops in Decay están hecha de espejo, vidrio y silicona en la forma de un icosaedro. Tenía la intención de poner estas esculturas a flote en el mar; pero decidí venderlas para construir una flota de esculturas más fuertes que pudiese sobrevivir al fuerte oleaje del océano Atlántico.

A principios de este año MiauMiau Estudio me invitó a mostrar una de estas esculturas en su stand de ArteBA, y yo acepté.

Muchos han visto el video transmitido originalmente en el programa CQC, en el cual se ve al jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, durante la inauguración de ArteBA, empujando a un reportero hacia la escultura y rompiéndola.

¿Por qué cree Macri poder actuar sin consecuencia cubriendo su comportamiento con una promesa de compra?

¿Por qué no responde CQC a las solicitudes de ver el material original que ellos grabaron del incidente?

¿Por qué ArteBA ofrece contratar a un vidriero para que “arregle” la escultura, buscando proteger a Macri del daño que él propinó a una obra de arte y el daño mediático que potencialmente se infligió a sí mismo?

¿Qué significa que ArteBA arregle esta obra de arte? (arreglar, «to fix» en inglés puede significar reparar, castrar o manipular el resultado de un evento).

La geometría concreta de la escultura ha cambiado como resultado de las acciones de Macri; y la geometría triangular del poder se ha desnudado a través de este hecho. La equívoca oferta de ArteBA pretende restablecer la estructura original de la pieza. Pero este arreglo no puede ser sino falso, porque el proceso de modificación impulsado por Macri es irreversible.

En este caso, Macri después de meter su cabeza dentro de la escultura, agarró del cuello al reportero que lo acompañaba (llamándolo «maricón») y empotró su cabeza dentro de la pieza. Culminó la secuencia con una palmada en el trasero y un empujón, embutiendo el cuerpo del reportero dentro de la escultura y rompiéndola.

Macri respondió con una risita, y le dijo al galerista que compraría la escultura. ArteBA respondió con una risita, diciendo que se haría cargo del asunto, entre otras cosas. CQC respondió con una risita, editando un video exculpándose del incidente, seguido por un aparente silencio de complicidad.

Algunos se equivocan en definir lo que pasó como un accidente sin considerar que lo que define un accidente no es el resultado aislado de una acción sino su intención. Lo importante no es que Macri haya roto una obra, sino cómo la rompió y su actitud al hacerlo. El encuentro directo con esta escultura puso en evidencia la relación que los involucrados tienen con el arte, y mostró el desinterés de estas personas sobre las consecuencias directas de sus acciones.

La escultura en cuestión opera a la velocidad del tiempo, reflejando y dispersando toda la información que entra en su espacio interior, el cual se expande más allá de sus límites físicos. Cada imagen que atraviesa sus superficies reflectoras se multiplica y deja una huella intangible en la escultura, creando así una memoria propia.

La acción de Macri y sus secuelas han sido inscriptas en la estructura geométrica de la obra y por lo tanto, aceptar la oferta de ArteBA de arreglar la pieza superficialmente no sólo equivaldría a mentirme a mí mismo, sino a mentirle al público y permitir que la estructura de mi propio arte se convirtiera en una mentira.

La destrucción y la mentira no deberían ser parte del lenguaje de un alcalde, adulterar y amordazar no deberían ser parte del modus operandi de una feria de arte, y no se llega a la sátira política a través del silencio cómplice de un programa de televisión.

La compra o no compra de la escultura es irrelevante; esto no pretende ser una denuncia de una obra no pagada. La pieza ha sido renombrada El Infinito También Duele y permanecerá en su condición actual. Es mi aspiración que se done la pieza a una institución pública de Buenos Aires, como el Museo de Ciencias Naturales.

Atentamente,

Seth Wulsin

SOBRE EL FINAL DEL VIDEO, A PARTIR DEL MINUTO 10, MACRI ROMPIÉNDO LA OBRA EN CQC

AL COMIENZO DEL VIDEO EL MOMENTO POSTERIOR A QUE MACRI ROMPIERA LA OBRA EN CQC

NOTAS RELACIONADAS:

Radar se contactó con todas las partes y cada uno dio la respuesta que pudo.

Los hechos según The Argentina Independent

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CORREA, GOLPE DE ESTADO, E INFORMACIONES CRUZADAS

 

Correa en pleno conflicto

 

Por L.V.

Es importante lo de ayer en Ecuador en términos de acontecimiento periodístico y político, en primera instancia porque nos devolvió (algo que hace la historia crónicamente) el vértigo de estar presenciando algo que nos sobrepasa a cada uno, en su propia individualidad, y que desborda por todos lados justamente eso: fuerza histórica incontenible. Sobre todo al comienzo, cuando el abanico de posibilidades en relación a los desenlaces era realmente amplio, muchas preguntas se podía hacer uno pensando en la reacción que podía generar este levantamiento policial (esta mano armada del estado que se había vuelto justamente contra el propio estado). Por un lado cómo iba a responder la otra mano, la militar, a este reclamo en primera instancia presupuestario pero que parecía esconder en su fachada algo más profundo y radical. La ausencia de una respuesta en el corto plazo (o peor aún un apoyo explícito y material) hubiese dado a los acontecimientos un carácter más serio y de compleja resolución. Cuando finalmente por la noche un grupo militar se enfrentó con los insubordinados hubo la sensación (sumada a otras reacciones favorables pensando en términos de democracia y que podrían haber sido otros ejes de profundización del conflicto) de que el intento de golpe de estado no iba a llegar finalmente a ningún lado. Los militares entrando al hospital policial, en medio de una balacera, para rescatar a su presidente electo (aún cuando pudiera no resultarles políticamente simpático) resignificó la importancia del aparato militar en la constitución de un estado democrático, así como la sublevación policial al mismo tiempo resignificó por su parte la importancia del correcto funcionamiento de estas instituciones encargadas de la dimensión coercitiva del estado. Los militares entrando al hospital a los tiros, quiero decir, y los policías resistiendo subrayaron la importancia de dos palabras en esa característica de todo estado moderno de detentar el monopolio legítimo de la fuerza: «monopolio» y «legítimo».

Los presidentes de la UnaSur

Las otras reacciones anteriores a la intervención militar y que terminaron siendo favorables para la resolución democrática fueron (además de la masiva movilización popular antes que nada) los pronunciamientos discursivos y materiales de dos países de capital importancia a la hora de pensar el desarrollo de cualquiera de los regímenes posibles que se pudieran haber consolidado a partir de este conflicto armado: los que hicieron los presidentes de Perú, por un lado, y Colombia por el otro, países de ambigua relación con Ecuador y que inmediatamente cerraron sus fronteras geográficas, y clausuraron cualquier tipo de intercambio comercial, hasta tanto, dijeron, no se repusiera a Rafael Correa en el ejercicio de sus funciones presidenciales. En este sentido, el rechazo unánime de la Unasur, rechazo activo (a diferencia de la OEA que se limitó a emitir un comunicado) hacía pensar en una difícil resolución efectiva para un golpe de estado.

Y si bien los presidentes que conforman este grupo estaban dispuestos a viajar en conjunto hasta Quito, en plan diplomático, y teniendo en cuenta los intereses que pueden perseguir países como Estados Unidos o Inglaterra atrás de posibles golpes de estado en Latinoamérica, en tanto países representantes del capitalismo imperialista (y representantes a su vez más poderosos de organizaciones como la OEA o la ONU), uno puede preguntarse por la necesidad de que la Unasur establezca la potestad que no tiene (a diferencia de otras organizaciones mundiales de carácter global) de intervenir militarmente los países que conforman esta unión, en pos de los intereses del bloque regional. Es un tema complicado, pero ante determinado estado de la cuestión cabe aunque sea el planteamiento de la problemática y el análisis de las limitaciones y alcances de una medida conjunta  en ese sentido.

 

Correa entre gas lacrimógeno

 

Otra de las cuestiones interesantes que dejaron los acontecimientos de ayer (en el marco de la discusión por la nueva ley de medios en Argentina y también de la suya propia en Ecuador) es la cuestión informativa: lo que hicieron los canales de televisión en sus coberturas (TN titulando «Incidentes» en pleno enfrentamiento armado, la CNN dándole voz a Lucio Gutiérrez), y sobre todo lo que hicieron los medios alternativos de comunicación que pasan incluso por afuera de las legislaciones anteriormente nombradas: básicamente la red social twitter que fue, en tiempo real y por lejos, mucho más efectiva que cualquier diario digital. La televisión, incluso, en el momento del desenlace terminó siendo un complemento de la información de primera mano que cualquiera podía tener gracias a twitter. Por un lado con, por ejemplo @susanamorg, periodista ecuatoriana que estuvo todo el tiempo en las adyacencias del hospital e hizo minuto a minuto una excelente cobertura (incluyendo fotos de lo que iba pasando a través de la aplicación TwitPic), y por el otro con @paulavernimmen, médica del hospital policial, que contó también minuto a minuto lo que estaba pasando desde adentro. Digo estos nombres por nombrar algunos, y porque son los que usamos nosotros en twitter desde @revistaliyo para seguir lo que estaba pasando. Twitter, de esta forma, y en este contexto conmocionante, empieza a ser mucho más que la simple ventilación de las miserias privadas de gente anónima. Una vez liberado Correa por ejemplo, cuando ya había terminado el discurso que dio en el balcón, la sensación televisiva era que ya había pasado todo, que la calma había sido casi automáticamente repuesta, pero el enfrentamiento armado, podíamos leer en twitter, seguía: @susanamorg seguía tuitiando escondida en un baño entre los tiros y @paulavernimmen daba cuenta de explosiones y vidrios que se rompían en el interior del hospital. Con twitter el actor social está ahí, de primera mano, y el intermediario (periodístico) pareciera desaparecer al menos del primer plano. Aunque por supuesto, porque una cosa no descarta la otra, la televisión sigue estando siempre de fondo con la fuerza terrible de la imagen: Correa abriéndose el saco ante los policías diciendo «mátenme si tienen huevos», un canciller gritando desde el balcón a la multitud «vayamos todos juntos a sacar a Correa» cuando ya estaba preso en el hospital policial y estaba declarado el «estado de excepción», o el propio enfrentamiento armado, mientras se pudo ver, desprolijo, entre militares y policías, tuvo todo lo que de rotundo tuvo siempre y seguirá teniendo la imagen audiovisual.

Es interesante todo este proceso, en resumidas cuentas,  para pensar las posibilidades de acceso sobre todo a diferentes tipos de información, que nos dan los elementos disímiles que necesitamos para construir nuestro relato propio, original, y sobre todo para reponer la experiencia de estos acontecimientos, como decía al principio, que nos devuelven el vértigo de estar presenciando algo que nos sobrepasa en nuestra propia individualidad y en donde desborda por todos lados una fuerza histórica incontenible.

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