Archivos Mensuales: May 2013

CON SARLO NO

La crítica vive en la actualidad, no en la historia literaria
(Beatriz Sarlo, Ficciones argentinas)

beatriz_sarlo-02

Por G.E.

El 9 de mayo de 2013, Damián Selci publicó una reseña crítica en la revista “Otra Parte” sobre Ficciones argentinas, el volumen que reúne las colaboraciones de Beatriz Sarlo en el suplemento cultural del diario Perfil sobre treinta y tres autores argentinos jóvenes.
En ese artículo Selci denuncia la forma impersonal y vacía de juicios valorativos con la que Sarlo procede a reseñar la novedad de la producción literaria argentina. En su acusación, interpela la postura o impostura desde la que Sarlo hace crítica literaria –que para nada se corresponde con su forma de hacer crítica política- y a cierta tradición posmoderna de hacer crítica literaria desde un posicionamiento conciliatorio, que evita el conflicto y la posibilidad de tener cierto pronunciamiento político.

En el mismo número, Graciela Speranza, directora de la revista, sale a responderle a Selci y lo hace con un extraordinario déficit argumentativo. Para Speranza los artículos de Damián Selci en revista Planta son “filosos” y aplaudimos que haga ese juicio de valor, tan agudo y arriesgado. Con respecto a Ficciones argentinas parece no tener nada o casi nada para decir, porque su objeto, a diferencia del de Selci, no es el volumen de colaboraciones de Sarlo en Perfil, sino Sarlo ad hominem. Para Speranza el hecho de que la ensayista argentina sea de “renombre” supone valorizar: “las simples elecciones de un crítico de renombre ya valorizan”. Cuando parece que nos va a dar el gusto de situarse argumentativamente en los procedimientos utilizados por Sarlo, nos deja con las ganas de la ejemplificación concreta: “y en sus mejores lecturas Sarlo dio sobradas muestras de sutileza y precisión crítica.” O cuando dice: “No hay crítica ‘exploratoria’ sin un momento de duda y parecería que Sarlo no duda nunca”, nos gustaría preguntarle: ¿por qué?, desde dónde y con qué argumentos sostiene esa premisa y las otras. Un hilo argumentativo que parece tener un fondo común: con la consagración, el canon y el renombre no, con Sarlo no.

Speranza no se mete con las apreciaciones que hace Selci con respecto a Sarlo como figura del debate público; hace un recorte que parecería concentrarse en leerla desde la especificidad literaria a ella o a lo que ella dice. De las reseñas nada. A la hora de cerrar su opinión con respecto al planteo de Selci, sí se remonta a una cuestión más amplia, que tiene que ver con la cultura argentina actual, en palabras de ella: “Codificada por los deportes competitivos y el sensacionalismo mediático, cuando no por el militarismo autoritario”. En esta última afirmación resulta casi inevitable pensar que la discusión tiene un entramado epocal  y político de fondo, que efectivamente excede lo meramente literario.

Etiquetado , , , , ,

LA BESTIA POP

«Pasen, calígrafos, pasen todos, vamos. Pasen por favor, filmen. Nuestras cámaras, por favor, gracias» (Guillermo Moreno)

Guillermo Moreno

Por L.V.

En una nota del último Le Monde Diplomatique, José Natanson sostiene que «el kirchnerismo carece prácticamente de humor». Yo siempre pensé, en cambio, que admite una pata humorística, incluso cínica, sin renunciar a sus postulados básicos. Que admite una estética, por ejemplo, que no se ajusta solamente al realismo socialista. O, en un nivel político, que al tiempo de no renunciar a la redistribución del ingreso se permite pensar la despenalización de las drogas o el casamiento entre personas del mismo sexo. Que puede haber, por usar una imagen, la idea de un kirchnerismo armado, setentista (por lo cual, léase «solemne»), pero también la de un kirchnerismo electrónico, en apariencia más liviano y que, incluso, hasta pueden convivir una y otra sin contradecirse o, aún más, retroalimentándose. Un pensamiento bastante en abstracto, sin mayores fundamentos, pero que repone, a mi juicio, lo que en términos de Raymond Williams sería una «estructura del sentimiento» que configuraría el presente.

G.E. me dijo que la primera vez que fui a su casa Guillermo Moreno estaba entrando, un poco por la fuerza, a la asamblea de accionistas del Grupo Clarín. Me mostró el video. Moreno entra en representación del Estado, dueño del 9% del paquete accionario, junto a su esposa, orquestando las bases de lo que pretende ser «la primera asamblea pública» del Grupo. Ese ingreso aparatoso, pienso, es una operación política en toda su acepción, pero también un sketch y una intervención estética que se sostiene, digo temerariamente, desde el humor. Hay un límite delgado que se traspasa atrás de la impronta de esa entrada, del discurso avasallador -que se vuelve después germen del discurso antiK de las marchas del 8N o 18A- un traspasar ese límite, un ir más allá del mero atropello que se funda, creo, en un cinismo muy diferente al de la década de los 90 o al de los gobiernos de Facto (uno que supera la caracterización de Natanson que lo vincula solamente con una «hipocresía inescrupulosa»). Hay humor, quiero decir, incluso en una operación en principio violenta, como la de entrar a la trinchera enemiga con una batería de fierros mediáticos, e incluso cinismo. Que existe, entonces, un humor y un cinismo kirchneristas.  Algo que puede leerse en pequeños gestos, algunos solapados y otros explícitos que se recortan sobre la tensión dramática de la escena. Una sonrisa a cámara en el segundo 55 del primer video, a la cual inmediatamente la procede la siguiente línea de diálogo: «¿Este es el espía de Papel Prensa?». O en los propios ademanes de director de cámara de Moreno: «A ese filmamelo bien y haceme un primer plano bien. A cada uno, pero a éste especialmente». Cierto espesor atrás de esa primera persona es un chiste que asusta a sectores neoliberales: el Estado en primera persona que en Moreno significa el cuchillo entre los dientes. Algo que asusta ya más que en términos ideológicos a sectores neoliberales, en un sentido político, ahora, a sectores económicos concentrados. La cuestión aquella de los grados -pienso en los sectores económicos- de ser más o menos (justamente una cuestión de grado), un hijo de puta, que dice que si hiciste mucha guita (mucha) fue a costa del empobrecimiento general. La sonrisa que casi deviene en carcajada en el minuto 02.03 del primer video, cuando Moreno declara la publicidad -el carácter público- de la asamblea, oscureciéndose, como si fuera un personaje masculino de Gasalla, uno de esos que son para nada afeminados. En el minuto 02.40 del segundo video la sorpresa ante el dato de que el señor Rendo va a cobrar 1.400.000 pesos, señor «que está ahí sin corbata» (corte a Rendo que se toca el nudo de corbata que no tiene). El «levante la mano el que cobre 120.000 pesos por mes» que despierta la sonrisa, incluso, de una empleada morocha del Grupo, a la derecha de Moreno. El «te dejo el iEco y vos después lo leés en silencio el sábado a la noche» del minuto 04.15 del segundo video. La duplicación del enunciado «nuestro Grupo» en el minuto 04.57. Todos estos son actos de cinismo, de humor, y de política en sentido estricto.

LA IRRUPCIÓN DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LAS CÁMARAS DE CLARÍN

EL PUNTO DE VISTA DE LAS CÁMARAS DE MORENO

Etiquetado , , ,