EL REPORTE DE LA CONFERENCIA «HONRAR LA VIDA» QUE HUGO MUJICA ESTÁ DANDO A LO LARGO DEL PAÍS POR M.Q. (DESDE BAHÍA BLANCA, PARA LIYO):
Ese sujeto que se parece a Mauro Fernández se sentó y con vos parejita empezó a leer sus hojitas aclarando que eran unas cuantas pero con no tantas anotaciones compartiendo su costumbre de atender ante una conferencia el volumen de los escritos del orador.
Eran palabras al final y fueron una tras otra saliendo y organizando todo. Desde Camus, Sísifo, pasando por Dante y su desorientación en la selva, hasta llegar a la experiencia creativa pasando por la vida, el suicidio, el vacío, el nacimiento y el humanismo del existencialismo para encontrar en el acto singular, en el aquí y ahora de lo cotidiano una contraposición al plano absoluto de la vida para encontrar en esta existencia “arrojada” el sentido creativo que responde al llamado de ese vacío al que hace referencia. La vida como la posibilidad de lo singular dentro de lo universal preguntándose si es posible vivir nuestra vida o la sombra de otras o de vivir o ser vividos.
Haciendo referencia a Dante perdido en la selva reflexionó sobre la conciencia de la tarea de vivir aunque sólo sea para marchar. Y “en algún momento la vida se mira a sí misma… aunque sea una vez” entonces elegimos darle la espalda a ese llamado, vocación, o no. Pero hay un antes y un después, se traiciona o respeta. Esa vocación, vocal, llamar, proviene de lo más profundo de la vida y estamos llamados a crear o a caer en la repetición.
En esta “soledad de nosotros en nosotros mismos” podemos reflejarnos en todo sin entregarnos a nada o realizar lo que en ella hay de propio. Porque este señor pelado se tomó el trabajo de responder brevemente a una pregunta y reflexionar sobre esa idea que reconoce occidental de la última hora de creer que para encontrarse a uno mismo basta con mirarse por dentro como si dentro de uno mismo hubiese un sujeto que sostiene al sujeto, u otra cosa como el inconsciente que responde a lo mismo, cuando en realidad si uno mira no hay nada sino ese vacío que llama, que es “chispa” primigenia. Es el llamado a crear. La vida, la experiencia creativa en el aquí y ahora. Ese nacer, creación que no se da de una vez y para siempre sino que es un nacer continuo que se elije a cada momento. Ese escapar al conflicto de elegir, a ese “polemos”, es bastante moderno y esta relacionado con esta cultura del capital. De poder acumular y asegurar, lo que se opone a arriesgar y buscar, a recorrer y crear. Para esa seguridad es siempre conveniente aprender a acumular, erudición antes que saber. El saber proviene de sapere dijo. Sapere es sabor, es gusto.
La erudición es “sobre” el saber es “desde”. Los pensadores de antaño hoy dirían cosas que no dijeron y cuando desde el saber se los degustó uno puede hablar y llegado el caso acercarse a lo que hoy dirían. No es lo mismo que repetir lo que dijeron. Repetir se repite un mismo mundo. Para un nuevo mundo que es llamado a crearse, porque “el mundo no se hizo de una vez, está aconteciendo” es importante el gusto.
“Los momentos creativos son los arrojados”.
Ese señor encuentra lo sagrado en la gratuidad de la existencia, por eso no hay nada que no sea sagrado. En el acto creativo se sacraliza nuevamente.
Ese arrojo, ese vacío, eso que desde nuestra cultura se puede llegar a ver como desamparo, esa falta de sujeto interno que nos sujeta y al cual podemos recurrir para buscar respuestas, este señor lo encuentra sagrado. Es una fuente de preguntas, entonces de chispa, de vida, de creación. Dios es el creador. Dios es el que crea.